Tuesday, November 15, 2005

El día que conocí a Santiago

Ha sido horrible. El 1 de noviembre desearía borrarlo de mi existencia, una mala jugada del azar hizó que yo estuviera ahí, que sólo yo lo viera ahí, que yo nunca dijera nada.
Debo reconocerlo, no soy del tipo simpático, no tengo muchos amigos y no me doy con cualquiera. Es por eso que cuando puedo aprovecho mis piernas y me mandó a cambiar a cualquier lado por el simple gusto de hacerlo. Los parques son mis favoritos porque me dan el descanso, me siento en una banca y puedo simplemente quedarme alli y mirar. Podrán decir que es una perdida de tiempo y si lo es, pero ese es mi placer y lo disfruto. ¿Qué me motiva? Más que nada una forma de escape, el querer estar solo y poder contemplar un poco esta ciudad tan maltratada pero que esconde en pequeños rincones una gran belleza. Yo me dedico a buscar esos rincones y particularmente hay ciertas fechas que me impulsan más a hacerlo. El 1 de noviembre es una de ellas. Mi familia es católica, yo no. Mientras para ellos es una fecha algo solemne (y más aun con la muerte del abuelo), para mi es una excelente oportunidad para escaparme. Y eso hice. Pense en tomar una micro y dejarme llevar como otras veces pero el paradero estaba un poco a trasmano para mis deseos. Considere mucho mejor ir a mirar un poco el río Mapocho para luego ir siguiendo su desarrollo por unas cuadras. Es interesante ver a este río, es como un flujo de nosotros, nuestro desecho y sustento reflejado en esas aguas oscuras. Me divertí un rato y en uno de los pasos me detuve a solamente mirar, primeramente el río y luego a los transeúntes que a esa hora no eran muchos (cerca de las 11 de la noche). El río se mostró igual que siempre por lo que me dedique más a pensar que a observarlo. La segunda fase se notaba más entretenida. Estos lugares no son tan agradables de noche y solo vi rostros aburridos y cansados. Pense en seguir caminando pero a mi lado derecho, a unos metros, había un joven, quizás de mi misma edad. Me llamo la atención en un principio por su polera de Radiohead pero luego me centre en su mirada, fija al río como si algo escondiera. Me recordó a mi y mis fijaciones y sentí cierta tristeza. Era curioso que no pudiera irme simplemente del lugar, como si tuviera que estar ahí observando. A veces pienso que pude haber dicho algo, a lo mejor hablar de música, quien sabe, lo que sabía era que se veía mal, mal. Yo no soy bueno para entrar en conversación, era ridículo hablarle a alguien en la calle si conocerlo pero sin embargo tenía ese impulso. Decidí fugarme de allí e irme a mi casa, quería ver a mi madre porque recordé que salí sin decir nada y sin celular. Estaría preocupada. Dejé al sujeto pero seguí pensando en pro que estaba ahí, que lo llevó a mirar un río como yo. Mirar a un río es como mirar la vida, no para, se seca, puede estar débil o ser caudaloso, en resumen depende de algunos factores para su comportamientos. Es por eso que nos atraen los paisajes con su río claro, su árbol con frutas silvestres y un pasto que llega hasta el horizonte con su verdor. Pero a los de Santiago, como yo y probablemente como a él, solo nos queda el Mapocho que atraviesa la ciudad. Simplemente eso nos merecemos.
Llegue a la casa y mi madre se asomó a verme. Yo no la tome en cuenta. Subí a mi pieza y me conecte al MSN. Decidí poner una foto de las que me gustan, tristes y oscuras. Reflejan mi personalidad mejor que nada (quizás la música). Mis amigos (nunca tan pesimistas como yo) empezaron a hablarme de cualquier cosa y le comente a uno mi ida al Mapocho y lo curioso que me paso con ese sujeto. Mi amigo lo atribuyó a esos momentos que según él se dan cuando se juntan dos personas conectadas a un nivel más allá de lo físico sin conocerse. Una locura de mi amigo pensé.
¿Vale la pena suicidarse? Me lo he preguntado muchas veces pero esta ultima semana lo he sentido con más fuerzas y no porque tenga intenciones sino por la foto que acompaño a la ciudad en esta semana. Salí del metro en mi rutina semanal y fui a comprar un cigarro. No lo note. Seguí caminando y estaba allí, en tantas partes pero yo no lo vi. Ahora llenaba Santiago pero yo no lo vi, como tampoco vi bien ese 1 de noviembre. De vuelta a mi casa, entrada la tarde me fije en el rostro que estaba en cada kiosco. ¡Era él! Era él a quien vi y evite todo ese día. "Te esperamos" decía el afiche y yo todavía sin entender. Estaba casi seguro que era él que vi junto al río pero ¿quién era él?. Bajo el afiche había formas de contactarse y una pagina web. En mi casa lo primero que hice fue abrir esa pagina. Ahí estaba junto a un montón de mensajes de gente preocupada por su paradero, incluso una señora en Canadá. Había desaparecido la noche del 1 de noviembre. Estaba en MSN conversando y quejándose de que su conexión se caía a cada rato. Luego se fue sin nada y su madre solo escucho los pasos y el portazo. Ahora lo estaban buscando desesperadamente, hasta con psiquicas. El saber esto me conmocionó, era mi vida en ese día lo que estaba leyendo y era también mi rostro el que estaba en esa pagina. Salí rápidamente de la casa y volví al río. Solo una bonita muchacha estaba mirando pero comprendí que solo estaba haciendo hora mientras llegaba su novio. Así me quede solo un rato, pensando y tratando de recordar su rostro. Con tanta foto me parecía que lo estab desfigurando y dándole las facciones que mi imaginación me dictaba. Por otra parte sentía que debía hacer algo, quizás hablar, pero no hice nada en ese momento. Tampoco después. Los días que siguieron fueron peores, me persiguió aun más, incluso con portada de las Ultimas Noticias. Paso a ser tema de conversación, casi anecdótico, la novedad de la semana, un chiquillo que nadie conoce ahora todo el mundo sabe quien es. Para mi no era anecdótico, pasó a ser parte de mi vida y maldije el momento en que Santiago se cruzó conmigo esa noche.
Casi sin darme cuenta empece a conocerlo, no éramos muy diferentes. Volví de vez en cuando a ver las novedades en la pagina y cada día pensaba en su madre y también en la mía. No es justo pasar por eso, no es justo. La culpa me siguió durante las noches aun más, pensaba en esa señora desesperada y pensaba en mi encuentro casual que pudo servir de información pero que no divulgaba por miedo. ¿Miedo a que? A ver esos rostros demacrados, con años que se vinieron encima en solo días esperando que algo bueno saliera de mi boca. Ahí me di cuenta que yo no soy buena persona, vuelve siempre al niño egoísta que soy, temeroso y agresivo.
Una noche soñé que yo era Santiago y que en el puente sobre el río miraba a mi izquierda y ahí estaba yo, con la mirada fija. De repente observaba como yo me tiraba y me ahogaba ante la impotencia de mi yo Santiago. Fue horrible como todas las pesadillas similares que tuve esa semana.
Ese día supe que habían encontrado un cuerpo a la orilla del rio Mapocho. Una madre fue a verlo, palpó su pelo y le tocó el rostro. No es necesario nada mas para una madre. Yo, por mi parte visite por ultima vez la pagina. Una foto de Santiago alegre me subió el animo, me recordó una foto de mi paseo de curso. La pagina decía que siempre sus amigos lo tendrían en su corazón y agradecían por la preocupación de la gente. Golpe bajo para mi que nunca hizo nada, solo fui un actor secundario que nadie conoció. Invitaban a una misa, yo no fui pero rezé como no lo hacia desde los 10 años. No entiendo todavía lo que pasaba en mi cabeza. Baje al comedor y le di un gran beso a mi mamá y no volví a subir al computador esa noche. Me dedique a jugar con mi hermanito que se notó que lo paso muy bien.
En mi cama pensé una ultima vez en el 1 de noviembre y traté de dibujar nuevamente la cara de Santiago, recordé que sus ojos brillaban fuertemente mientras miraba al rio. Y me acorde que cuando me fui sentí esa sensación de los ojos de alguien están sobre ti como si fueras el ultimo sujeto del que podrías haberte sujetado.

3 comments:

Anonymous said...

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  said...

Qué gringo más fiel éste, "el usuario anónimo"...pucha que son buena gente los gringos, siempre subiéndote el ánimo con un comentario formativo...georgia highway construction.

El texto me conmocionó. Eso no más, no pretendo desubicarme.






Y bueno, aquí pretento desubicarme:

¿Pa qué vivir? ¿Quién soy yo para responderlo?
Soy un care'raja. Prometí no escribir más en mi bitácora hasta el 6 de Diciembre, pero no prometí dejar de escribir en otra parte...y bueno...!!! xD

Yo hace un par de semanas me pregunté para qué vivir, y me respondí "pa luchar...por algo imposible". Uno termina siendo el hazme-reír de todos y alguien francamente aweonao, pero bueno, me vuelvo a levantar, y pucha, no lograré nada, pero me entretengo por mientras. Aunque a veces envidie a los guatones que, sentados, se ríen de los que hacen lo que yo planteo hacer.

Parece que la única forma de seguir vivo aquí es reconstruirse. Todos los días.
Las células del cuerpo (las de la piel especialmente) tienen que estar en contacto con muchos entes externos. Por eso padece cambios (no está en equilibrio), pero su estructura sigue en pie...de hecho, hasta se hace más fuerte porque capta mecanismos de defensa, y todo eso.
Eso es la autopoiesis. Y un sociólogo planteó que los seres vivos somos de naturaleza autopoiética. (Gracias Wikipedia)

Habrá que hacerle caso no más a ese tipo! xD Si igual es entretenido caerse, y pararse de nuevo. A veces salen cosas interesantes entre medio!

Y bueno, pos eso. Quería escribirlo, es que me gusta comentar sobre esto xD. El problema es que nadie pesca, y me da vergüenza ¬¬' Es como un desahogo.

Salu2!

  said...

http://www.paniko.cl/v2/_ficcion/015chago.htm
Lo leiste? =O