Wednesday, December 21, 2005

Disculpe lo poco (Culpa y perdon vagamente reflexionado, mala hora para escribir)

El otro día pense un poco a raíz de una gran película que volví a madrugarme viéndola (¿por qué nunca la dan mas temprano?), y quede con el pensamiento cruzado de días antes, un asunto de culpas y perdones. ¿Qué debemos perdonar? Esa es la pregunta. En el momento en que somos jueces y debemos dictar sentencia, ese momento donde jugamos a ser dioses, ¿somos capaces de entender lo que es el perdón?. A veces pienso que no. Detente un poco a pensa en una cosa bien mala que te hayan hecho y recuerda tu reacción. Es muy probable que todavía mantengas latente ciertos rencores que creías olvidados, nunca se borra. Porque es mentira que el perdonar significa olvido, eso es un error. El perdonar es un asunto de confianza, en como recuperar una relación rota por sabe que cosa y restablecería a pesar de la chanchada cometida. Eso es difícil, olvidar es un recurso fácil y a veces cínico. Sabemos que cuando se de nuevamente una situación similar a la que causo la caída, uno recordara que cierta persona no le brinda confianza por su historial. Es por ewso que no olvidamos, pero si podemos brindar segundas oportunidades. Este tema lo trate bastante en el ensayo para barril acerca de "Los Miserables" (la película por cierto, el libro es gigante para hacerlo leer para clases) y me centre en la oportunidad de redención a Jean Valjean, una oportunidad que generalmente no se da porque nadie depositaria confianza en alguien así, pero el cura si lo hizo a pesar del robo y esto permitió que este personaje diera un vuelco en su vida de un destino casi inevitable. Es ahí donde debemos reflexionar en lo importante que son a veces nuestros comentarios y reacciones en la gente, son alteraciones en la vida y yo prefiero que sean favorables a futuro. Un hombre soñador dirán.

Para rellenar esta lata, pensé que nosotros necesitamos el perdón continuamente porque la culpa nos corroe. Nacemos con culpa, pagamos con sufrimiento un delito no cometimos y sobrevivimos tratando de adecuarnos al mundo con un grado de error constante. Entonces, de la mano a lo errático se encuentra la querida culpa que cobijamos como si fuera la mantita que llevamos cuando niños. Somos seres culposos, rogamos perdón una y otra vez como si no fuera suficiente y busscamos de cualquier forma purificarnos de la impureza de lo humano. Aquí aparecen las instituciones respectivas que nos permiten quitarnos la culpa a módico precio, pero es igual que la basura, el camión viene a buscarla periódicamente. Es así, somos enfermos terminales esperando la extremaunción, depositando lo indepositable en manos humanas en el mismo estado que nosotros. Juguemos a ser buenos mejor, demos las segundas oportunidades cuando se deba y disfrutemos de la redención futura, quitar la culpa no es tarea de nosotros.

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