Sunday, December 20, 2015

29.


Lo único imperdonable
me acompaña hasta la casa,
sabiendo que no es mi hogar,
y hasta frente a mi reflejo,
con esos ojos que ya no reconozco.

¿quien se cayó del auto en movimiento?
Quedó tan desfigurado y perdido,
¿quién podría amarle?
dejémonos de chácharas
y de ríos de palabras:
no existe ni lo uno ni lo otro,
y curiosamente, sí,
empiezo a sentir la desfiguración,
y el abandono.

Lo único que queda se queda haciendo horas
hasta después de la hora de salida,
y no tiene miedo de decirme lo que piensa.
Se queda conmigo, sonriendome a la cara
cuando el resto sonríe,
se queda a sabiendas, de una estadía indeseada.

Lo imperdonable aparece junto a los destellos de conciencia,
después de un mal sueño,
me hace sentir como que no hay nada más allí,

que la amarga verdad de que te perdí.

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